El germen

El nacimiento de la Asociación Astronómica Sirio de Pontevedra está ligado a la enseñanza de la astronomía en la ciudad de Pontevedra. En el año 1985 el Diario Oficial de Galicia publicó una lista de materias que podían ser impartidas en el BUP dentro del ámbito de las EATPs (enseñanza de asignaturas técnico-profesionales), figurando la “Astronomía” como una de ellas. El Departamento de Física y Química del Instituto de Bachillerato “A Xunqueira I” de Pontevedra solicitó de la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia el oportuno permiso para impartir la Astronomía dentro de su horario lectivo. Esta asignatura empezó su andadura en el Instituto a principios del curso 1985-86 encomendándose al profesor Severino Yánez Arias quien, durante los doce años siguientes, con la ayuda de los compañeros de Departamento y el apoyo decidido de los sucesivos equipos directivos, tuvo el honor de compartir muchas horas con tantos alumnos y alumnas que acabarían formando lo que llamaron el “Aula de Astronomía”, una experiencia docente inolvidable. Alumnos del aula de astronomía posando tras el telescopio refractor en un terreno herboso.

Durante todo este tiempo, y con considerable esfuerzo por parte del Centro, se fue adquiriendo todo el material necesario: diapositivas, vídeos, libros y material de consulta así como un humilde telescopio refractor Vixen de 80 mm, que se iría dotando poco a poco de distintos accesorios. Muy pronto la actividad que se desarrollaba traspasó los límites del propio Instituto presentándose trabajos divulgativos en algunas revistas, entre ellas Tribuna de Astronomía (Julio-Agosto de 1988), así como comunicaciones en algunos congresos de aficionados (Convención de Observadores. Barcelona 1986). Sus actividades alcanzaron su punto culminante durante el curso académico 1992-93 cuando su profesor, miembro de la Asociación Española para la Enseñanza de la Astronomía, decidió proponer a sus alumnos una idea que recibió en un congreso: la construcción de un planetario didáctico provisto de una cúpula de 2 metros de diámetro. Los alumnos aceptaron con entusiasmo el proyecto y el Planetario se inauguró el 6 de mayo de 1993. El éxito fue tan notable que en los años siguientes se recibieron visitas de centros escolares del entorno, periódicos locales y televisión autonómica, así como muchos otros visitantes particulares.

Reloj de sol del aula de astronomía en la fachada del instituto.

Sin embargo, todo lo humano tiene fin, y la reforma de la enseñanza con la supresión del BUP supuso el fin de las EATP y, con ello, el cierre del “Aula de Astronomía”. Se intentó, infructuosamente, que la “Astronomía” pudiera seguir impartiéndose en el Centro como actividad reglada y, ante la negativa de las autoridades académicas, se clausuró definitivamente el Aula de Astronomía y el planetario se desmontó en octubre del año 2000.

La fundación

Los años siguientes fueron difíciles, pero en el mundo de la enseñanza es fácil que algunas de las semillas esparcidas acabe fructificando, y pronto algunos de los antiguos alumnos y alumnas, muchos ya en su etapa universitaria, retomaron su afición, y junto con su antiguo profesor formaron un pequeño grupo a la sombra del I.B. A Xunqueira I utilizando el material de la desaparecida Aula de Astronomía y el apoyo del Centro, que les cedió locales para reuniones y actividades. Fue precisamente en esta época cuando se empezó a gestar la futura asociación astronómica. Fue un tiempo en el que se alternaron noches de observación en los alrededores de la ciudad de Pontevedra, en torno al telescopio Vixen del Instituto, con tardes de reuniones en las que se empezó a discutir la viabilidad de una asociación astronómica legalmente constituida. El paso del tiempo y una afición inquebrantable hicieron el resto. Unos contactaron a otros, se establecieron nuevas relaciones, fueron apareciendo nuevas personas, algunas con telescopios particulares y cada uno aportó su grano de arena. Finalmente, después de muchas reuniones y de discutir estatutos, el día 20 de noviembre de 1999 se fundó la “Asociación Astronómica Sirio de Pontevedra” quedando inscrita, pocos días después, en el Registro de Asociaciones.

Los primeros años

La asociación, como suele suceder en todos los principios, inició su andadura con timidez pero con sobrado entusiasmo, basándose siempre en sus dos pilares fundamentales: la práctica de la observación astronómica y la divulgación de la misma a través de todos los medios a su alcance.

Socios observando el eclipse con telescopios con filtros solares

Con relación a la primera, hicieron multitud de salidas nocturnas, cada vez más lejos de la ciudad en busca de mejores cielos. Los socios fueron comprándose sus telescopios particulares y también algún material común para la Asociación. Todo ello lo fueron probando desde distintos lugares, siempre que sirviese la noche. Así, recorrieron los montes de las proximidades de la ciudad, no importando el frío. Todos los aficionados a la Astronomía lo saben: “se busca un sitio donde mirar más allá, mucho más allá”. Y así fueron encontrando algunos, entre ellos uno que acabaría siendo el más visitado y que a la larga sería mítico para ellos: la zona de “Chan da Poza” en el monte Coirego, situado en el Ayuntamiento de Cotobade a unos veinte kilómetros de la ciudad de Pontevedra.

Respecto de la segunda, los miembros de la Asociación no han escatimado esfuerzos en las labores de divulgación de la astronomía, tratando siempre de contagiar su entusiasmo por esta ciencia, sobre todo entre los más jóvenes. Así, recorrieron docenas de colegios e Institutos organizando charlas y mesas redondas seguidas, las más de ellas, de sesiones de observación, siempre que la complicada climatología de la zona lo permitiese. Entre ellas se pueden mencionar las observaciones de las lluvias de estrellas Perseidas y Leónidas, llevadas a cabo como actividades de Iniciación a la Astronomía desde el Monte Coirego. Impartieron cursos de Astronomía como el celebrado dentro de la XIV Semana de la Enseñanza en Pontevedra, de la misma forma que aprovecharon determinados fenómenos Astronómicos para animar a la población a observarlos, entre los que cabe destacar la conferencia realizada en los salones de Caixa Galicia con ocasión del eclipse anular de sol del 3 de octubre de 2005.

Socio explicando a unos jóvenes el funcionamiento de una montura ecuatorial.

Mención aparte merecen las distintas charlas que llevaron a cabo desde el salón multiusos del Ayuntamiento de Cotobade sobre eclipses, cometas y, en general, sobre el aspecto del firmamento en las distintas estaciones del año. Participaron con distintos talleres en “XuventudeGalicia.net”, estuvieron presentes en la concentración de telescopios en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, organizaron charlas-observación en lugares tan dispares como la casa del Pueblo de Bueu (Pontevedra), en el Aula de la Naturaleza de cabo Udra o sesiones de observación al final de caminatas por senderos entre los montes de la comarca del Morrazo. Sin olvidar su participación en las Jornadas sobre “La Ciencia Hoy” organizadas por el Servicio de Formación del Profesorado de la Consellería de Educación en la que se presentaron dos talleres, uno sobre relojes de Sol y otro sobre Aparatos Astronómicos.

Niños observando por turno por un refractor delante de la catedral de Santiago de Compostela.

El observatorio

Durante muchos años los miembros de la Asociación tuvieron un sueño: ¿Sería posible construir un pequeño observatorio fijo?... Pues al final, el sueño se hizo realidad. Te contamos los detalles en Origen e historia del Observatorio Astronómico de Cotobade.

Un grupo grande de personas delante de la puerta del observatorio.

Actualidad

Hoy se puede afirmar que la Asociación Astronómica Sirio de Pontevedra rebosa vida por todos sus poros, sus más de noventa miembros, entre socios y simpatizantes, encara resueltamente un futuro no exento de obstáculos, pero lleno de esperanza y de ilusión por seguir practicando y transmitiendo a los demás esta noble afición.

Muchas son, sin duda alguna, las actividades que se quedan sin mencionar, y sobre todo muchos los amigos que fueron apareciendo, pero no es el objeto de este pequeño artículo la relación exhaustiva de todo el camino recorrido sino, más bien, una mirada hacia atrás para constatar todos los buenos ratos que los miembros de la asociación han pasado compartiendo horas y noches, algunas de ellas serenas y solemnes, de esas que tranquilizan el alma y hacen sentir la magnífica armonía del universo. Otras, luchando contra el frío, el viento o las nubes... que en el momento más inoportuno corren un tupido velo como si quisieran tapar celosamente, por un tiempo, la belleza, la incomparable belleza del cosmos.

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